Hoy vuelvo a dirigirme a ti, cuaderno, para contarte mis infiernos.
Pues bien te cuento...
Me da miedo pensar que jamás será, que esto es algo onírico, sin sentido...
Entiendo que este mundo es difícil y que no soy nadie, ni en esto ni en aquello...
Me relaja escribir...
Me siento como la presa que salta las rejas y vuelve a saborear la libertad.
Aunque no me entiendo intento buscar la verdad que me haga volar...
Pero no la encuentro.
Me siento solo y loco como Van Gogh sin su lienzo.
A veces te siento muy dentro
pero pronto despierto y vuelvo a mi realidad de tormentos.
-EL POETA INCOMPRENDIDO-
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