Entre luces y hormigón,
entre acero y sufrimiento,
la libertad te da aliento
en los momentos de bajón.
En la ciudad del tormento
vemos perder el reloj
a los niños del pegamento,
almas tristes y llenas de lamentos.
En esa metrópoli del dolor,
donde viven los niños del pegamento,
se ha perdido hasta el amor
y ya no sopla más el viento.
Son por tanto estas palabras
de dolor y sufrimiento
las que quieren ver volar
las miradas del lamento.
Ay almas perdidas,
aquí os dedico
mis mejores rimas.
-EL POETA INCOMPRENDIDO-
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