Grito estéril y vacío

Aquí me encuentro, de nuevo solo con mis lamentos...
Hoy mi aliento es lento, es la historia de un hombre que no tiene talento; ni siquiera el éxito le ampara... Me vuelvo viejo, cada día hombre de corazón más intenso... He amado a mil mujeres y siempre he salido perdiendo. No busco compadecerme, pero tampoco me encuentro... Solitario, matándome con alcohol a diario, no tengo calendario. He perdido la expresión del hombre contento, aquel que con su sonrisa buscaba la alegría en corazones tristes que sufrían malos momentos. Ahora me despierto por las noches con sudores y malos recuerdos... Hecho de menos a gente que no recuerda a este patético ser, a este hombre que sigue viviendo en el ayer. La soledad es mi mejor amiga, el alcohol mi amante pasiva, autodestructiva, el dolor se ha conformado con ser mi acompañante en la vida...
Mi ilusión era ser poeta o escritor, no ser un decaído junta letras...
Casi tengo 30 años y mi mundo se basa en la soledad delante de una libreta, pues no gano dinero, ni siquiera tengo para comprar un nuevo bolígrafo o una nueva libreta; sentirse integro es lo más cercano a mi meta.
La soledad y la tristeza me acompañan cuando la impulsividad me acecha... como a un niño la necesidad de querer una piruleta o un cometa...
Simplemente busco insistente la alegría para este mal llamado “¿poeta?”. La monotonía me estresa.
Siento de corazón cuando escribo y desahogo mis miserias y más si lo hago con la poca gente que me lea... Pues no soy nadie... solo soy tu hijo, tu hermano, tu primo, tu amigo, tu vecino...
Solamente necesito un abrazo cálido, pero no de compasión, ni por sacarme algo... Simplemente necesito sentir el cariño, sentir que sigo siendo humano, que sigo estando vivo.

-EL POETA INCOMPRENDIDO-

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