Te conocí entre la maleza,
me deslumbró tu entereza,
sin embargo, fue tu belleza
la que trastocó mi cabeza.
Ella es una preciosa dama,
de una corta melena
y de labios cereza…
Discúlpame por mi torpeza
pues no soy digno de tu ser
tampoco soy merecedor
de tu amor, princesa…
Te deseo en las mañanas,
en mis poesías te presentas,
pero es tan prematuro mi amor
que es obcecada mi cabeza,
pues me duele la distancia
pero también tenerte cerca.
-EL POETA INCOMPRENDIDO-
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