Entre árboles y ríos
hay una casa colorida.
Sus paredes rojas traen al monte alegría
Su dueño es anciano,
muchas vidas ha cursado,
poco a poco va perdiendo
el brillo de sus manos.
Un día, la casa de colores
se la llevó el viento,
allí perdió el anciano
sus alegrías y tormentos.
Dejaron de brillar sus ojos,
y su cuerpo cansado
quedó abatido en el piso.
Pobre anciano, se le apagó el pasado.
-EL POETA INCOMPRENDIDO-
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